La pandemia de COVID-19 por la que atraviesa el mundo ha obligado a diversos países a implementar medidas de confinamiento para frenar la propagación del virus que, a la fecha, ya suma más de 10 millones de infectados a nivel global. A varios meses del inicio de las cuarentenas y restricciones de movilidad, ¿cómo enfrentar la nueva normalidad?

El actual contexto de crisis sanitaria generada por el coronavirus impactó al mundo en distintos niveles, siendo el escenario socioeconómico uno de los más preocupantes. De hecho, la Organización Internacional del Trabajo auguraba a inicios de abril que, entre dicho mes y junio, se perderían casi 200 millones de empleos a nivel global.

Más allá de lo anterior, las medidas de confinamiento necesarias para frenar la propagación de la enfermedad han obligado a las personas a adaptar su día a día a esta nueva realidad, una en la que todo se realiza dentro del hogar. Sin embargo, en algún momento habrá que salir de casa para volver al trabajo, visitar amigos o familia y realizar diversos trámites, pero ¿estamos preparados?

Síndrome de la Cabaña, o el miedo a salir de casa

Aunque el foco actual está en frenar la propagación del virus y brindar atención oportuna a quienes han contraído el coronavirus, hay un aspecto que poco a poco comienza a evidenciarse: el miedo a salir de casa por temor a contraer la enfermedad.

Este fenómeno se conoce como Síndrome de la Cabaña. No se trata de una enfermedad, sino de un estado anímico, mental y emocional generado en algunas personas que, tras pasar largos períodos encerradas, manifiestan dificultades para volver a salir al mundo exterior. 

Este miedo generado por la idea de enfrentarse a la nueva normalidad puede provocar taquicardia, hiperventilación y sudoración excesiva, además de irritabilidad, frustración y, en los casos más graves, depresión. 

Ahora bien, ¿cómo superarlo? Aunque es necesario abordarlo caso a caso, hay algunos consejos generales que serán de gran utilidad para ello:

• Llevar una alimentación sana. Evita la comida chatarra y el exceso de azúcar. Ten especial cuidad con la cafeína, ya que puede incrementar los niveles de ansiedad y estrés.
• Respetar las horas de sueño. Aquí, es recomendable acostarse y levantarse tal como si fuera un día normal.
• Hacer ejercicio periódicamente.
• Mantener contacto con amigos y familia, ya sea por videoconferencias o llamadas.
• Planificar las metas u objetivos que se desea alcanzar.
• Realizar proyectos en casa para mantener la mente ocupada.
• Incursionar poco a poco en el mundo exterior. Por ejemplo, salir a botar la basura o comprar algo en el negocio del barrio.

Es importante precisar que esta condición no afecta a todo el mundo, pero hay quienes son más susceptibles de experimentarla: personas ya presentaban cuadros de ansiedad, que han pasado la cuarentena en soledad o que presentaban cuadros de agorafobia.

Reincorporación a la normalidad: ir de a poco, pero de manera segura

El bombardeo de información al que estamos expuestos a diario puede incrementar la sensación de inseguridad y, con ello, el estrés propio de un largo período de encierro. 

Por eso, es indispensable evitar pasar demasiado tiempo frente a la televisión. Ten especial cuidado con lo que circula en redes sociales e Internet en general, ya que muchas noticias son falsas y pueden incrementar el miedo hacia la enfermedad, obstaculizando aún más el retorno al mundo exterior.

Otro buen consejo para una reincorporación saludable es mantener siempre pensamientos positivos. Puedes hacer una lista de las cosas por las que te sientes agradecido y valorarlas desde el confinamiento, lo que también ayudará a estimular el deseo por volver a salir de casa.

Finalmente, la clave está en reconocer el miedo y entender que cada persona requiere de tiempos distintos para adaptarse a la nueva normalidad. Sentir temor por salir de casa es normal y está bien, lo importante es enfrentarlo para disminuirlo progresivamente.

Si no te sientes totalmente preparado para salir de casa, siempre puedes hablar con tu empleador para que te permita mantener un esquema flexible (trabajo remoto) y así, poco a poco, recuperar la confianza para volver a la normalidad, a una nueva normalidad. 

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