A menudo asociamos ciertas cualidades con personas que parecen poseer un talento natural para la creatividad. Nos convencemos de que pintar, cantar o bailar son actividades reservadas a los “verdaderos” artistas, mientras nosotros seguimos siendo solo espectadores. ¿Creatividad? ¿Inspiración? No, yo no tengo ese talento.

Sin embargo, queremos desafiar esta perspectiva. Seguramente te has encontrado con situaciones en las que momentos inesperados de inspiración aportaron alegría y calidez a tu vida. Imagínate en un supermercado local, haciendo las compras de tu despensa, cuando la cajera te brinda una sonrisa muy sincera, te felicita por tu nuevo corte de pelo o incluso le da un pequeño obsequio a tu hijo. Es posible que estas situaciones no formen parte explícita de las actividades de tu trabajo. Más bien, estos pequeños gestos causan la inspiración. La inspiración no se puede actuar ni representar: es un sentimiento auténtico que existe o no.

Supongamos que entendemos la inspiración como el proceso de ser estimulado mentalmente para hacer algo. En ese caso, podemos aplicar este concepto a la gran parte de nuestras vidas que pasamos en el trabajo. Debemos reconocer que cualquiera puede experimentar la inspiración, incluso en sus actividades laborales. Quizás te falte inspiración en tu trabajo actual. La rutina ha reemplazado los momentos de emoción genuina, dejándote con breves y poco frecuentes estallidos de inspiración. Sin este sentimiento, luchas por servir como fuente de inspiración para quienes te rodean, ya sea en el trabajo o en tu vida personal. A pesar de tu deseo genuino de animar a los demás, la energía y el impulso simplemente se escapan. Quedas atrapado en un ciclo interminable que te convence de que la inspiración no es para ti.

Pero ¿qué pasa si el viaje para redescubrir tu inspiración es mucho más corto de lo que pensabas? ¿Qué pasaría si la clave para reavivar la chispa no fuera un secreto difícil de alcanzar sino más bien un acto de valentía que te permita cambiar tu trayectoria profesional? ¿Qué pasa si es algo que está a tu alcance? Aprovecha la oportunidad de descubrir tu nuevo yo: un individuo lleno de inspiración, capaz de convertirse en un modelo de motivación para los demás.

Sería una lástima pasar un tercio de nuestras vidas sin inspiración en cualquier forma. Cada uno de nosotros necesita distintas fuentes de inspiración; lo que conmueve a una persona puede no tener significado para otra. Sin embargo, el mensaje clave permanece: todos anhelamos inspiración.

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