Todos cometemos errores de vez en cuando. A veces es un error relativamente pequeño, como un par de errores tipográficos en un informe. Otras veces es un error mayor, como perder un cliente importante. Sin embargo, si bien es comprensible querer castigarse por ello o tal vez incluso poner excusas por lo que sucedió, en realidad solo hay una forma constructiva de actuar: asumiendo tus errores.
Los beneficios de asumir tus errores
Cometer un error no se siente bien, pero si no manejas bien la situación, puede empeorar bastante. Por ejemplo, si sigues reprochándote, tendrás dificultades para dejarlo pasar. Incluso podrías perder algo de confianza en ti mismo. Por otro lado, si habitualmente tratas de echarle la culpa a algo o alguna otra persona, puede provocar tensión en el lugar de trabajo.
En contraste, cuando te haces cargo de tus errores, demuestras integridad y responsabilidad. tu líder y compañeros de trabajo ven que eres honesto y estás preparado para asumir la responsabilidad de tus acciones. Eso probablemente hará que te respeten más. Además, te percibirán como un mejor trabajador, alguien con quien pueden contar. Incluso, estarán más preparados para ayudarte a corregir tus errores para que puedas convertirlos en oportunidades de aprendizaje.
Cómo asumir tus errores
Entonces, ¿cómo puedes asumir de tus errores?
Asumir un error implica el siguiente proceso:
Reconocer tu error. En otras palabras, no lo evites. Si observas tu trabajo y no parece correcto, es mejor si te da cuenta de que has cometido un error antes de que alguien más lo haga.
Idear una solución. Averigua cómo puedes corregir el error para que cumplas lo más fielmente posible con la fecha de entrega. Por ejemplo, si has incumplido con una fecha límite, determina qué tan rápido puedes proporcionar de manera realista el trabajo entregado.
Informa a las personas que se verán afectadas por el error. Informa a tu líder y compañeros de trabajo sobre el error. A menos que pidan una razón, es mejor evitar entrar en detalles, porque eso suena como si estuvieras poniendo excusas.
Presenta una solución. Explica cuál sería la solución y asegúrate que la aprueben. De lo contrario, ofrece otras opciones hasta que se decidan por algo que funcione para todos los involucrados.
Sigue adelante. Una vez que se ha decidido una solución, es fundamental ejecutarla para que no vuelvas a quedar mal. Si necesita ayuda, solicítala.
Nadie es perfecto, y eso significa que cometerás errores de vez en cuando. Pero si los reconoces y los resuelves correctamente, pueden ayudarte a convertirte en un trabajador más respetado, confiable e ingenioso.
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