¡Evita Multas! Implementa tu Protocolo de Seguridad para retornar al trabajo de forma segura.
Con la pandemia del COVID-19, la vida como se conocía cambió radicalmente. Muchas actividades tuvieron que detenerse o adaptarse al nuevo escenario, se cerraron fronteras, escuelas y negocios para prevenir una mayor cantidad de contagios. Sin embargo, ya comienzan a planearse el regreso a una nueva normalidad en torno a una serie de medidas de seguridad.
En ese sentido, las empresas necesitarán adoptar protocolos sanitarios para retomar sus actividades. Por ello, la Secretaría de Economía (SE), en conjunto con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) y la Secretaría de Salud, han puesto en marcha un plan de acción que, en caso de no aplicarlo, las compañías pueden recibir multas entre los $4,344 hasta los $434,400.
¿Cuáles son las medidas que las empresas deben seguir para poder operar nuevamente?
1. Accesos y salidas controladas
Al ingresar o egresar, los empleados, clientes y proveedores, deberán pasar por un filtro sanitario con el fin de identificar a personas que presenten síntomas como temperatura alta, tos, dolor de cabeza o dificultades respiratoria.
Si se llegan a detectar síntomas agudos, se deberá llevar a la persona a una área designada para permanecer en aislamiento, verificar que lleven cubrebocas o asignarle uno, y regresarlas a casa u hospital.
Asimismo, se proporcionará gel antibacterial para el lavado de manos y se debe verificar el uso apropiado de la mascarilla facial. Si es posible, instalar tapetes desinfectantes en las entradas para eliminar las bacterias y gérmenes de los zapatos, los cuales deben tener concentraciones de hipoclorito en un 0.5% o más.
También es necesario establecer entradas y salidas exclusivas para los colaboradores. Si el establecimiento cuenta con una sola entrada, se debe dividir el espacio con barreras físicas con la finalidad de diferenciar el ingreso o egreso.
2. Respetar la distancia e higiene
Para cumplir con las medidas de protección como la sana distancia y de higiene, las empresas deben capacitar a los colaboradores sobre las prácticas de lavado de manos, estornudo de etiqueta, no tocarse la cara y otras medidas básicas de higiene.
De igual manera, se debe concientizar sobre el uso de áreas comunes en la oficina. En este sentido, debe existir una distancia mínima de 1.5 metros entre los trabajadores y, de ser preferible, adecuar barreras físicas de vidrio o plástico, además de contar con suficientes botes de basura (idealmente, uno por colaborador).
Respecto a la convivencia entre colaboradores, la hora de comida necesitará ser alternada para reducir el contacto. También se deben establecer horarios para acudir al baño, en donde no puede faltar jabón, agua, papel higiénico, toallas desechables para secar las manos y gel antibacterial.
En el uso de escaleras, respetar la sana distancia y no tocar superficies como barandales. En los elevadores, podrán viajar solo 2 personas por metro cuadrado o exigir el uso del cubrebocas para abordar.
3. Otorgar protección a los trabajadores
Cada empleador debe distribuir elementos de protección sanitaria entre su personal, como cubrebocas, protector facial, goggles (o lentes de protección) y gel antibacterial. Esto es indispensable en el caso de los trabajadores que realizan atención al cliente pues, al estar en contacto con las personas, necesitan contar con más medidas de protección.
Procedimiento de regreso a la nueva normalidad
Para incrementar las medidas de seguridad, el regreso paulatino a las actividades económicas se dividió en 3 etapas:
- Primera etapa (18 de mayo): se permite la apertura de todas las actividades laborales en regiones sin contagios, y que no estuvieran al lado de municipios con casos positivos.
- Segunda etapa (18 al 31 de mayo): se preparó el retorno a las actividades en aquellas empresas de carácter esencial, siguiendo los protocolos establecidos.
- Tercera etapa (1 de junio): la reapertura socioeconómica comienza a implementarse de manera progresiva, siguiendo un sistema de semáforo para determinar el nivel de seguridad en cada región.
No obstante, para continuar operando, las empresas necesitan demostrar el cumplimiento del protocolo diseñado por las autoridades.
Por consiguiente, después de haber realizado las adecuaciones en el espacio de trabajo, la compañía debe entregar una autoevaluación al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) vía correo electrónico, donde se garantice el cumplimiento de las medidas y se declaren las modificaciones realizadas.
Después, el IMSS emitirá un acuse de recibido, analizará la evaluación y la respuesta será enviada en no más de 72 horas. Si se ha aprobado la solicitud, la empresa podrá comenzar con sus actividades respetando fielmente el protocolo. Por el contrario, si se rechazó la evaluación, se puede hacer de nuevo, recibiendo asesoría del instituto para evitar errores.
Cabe aclarar que la implementación del protocolo es vital si se desean iniciar las labores en cualquier negocio, por lo tanto, es indispensable seguirlo al pie de la letra para evitar eventuales sanciones.
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