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¿Realmente necesitas amar tu trabajo?

by Mónica Ordóñez on

A menudo escuchamos que debemos encontrar un trabajo que amemos. Pero, ¿cuántas personas tienen la suerte de seguir su pasión? ¿Está bien si solo estás trabajando para pagar las cuentas? La realidad es que el amor por el trabajo, o la falta de él, podría afectar tu carrera.

Comencemos con algunas matemáticas de la vida. La mayoría de las personas dedica (en promedio) 8 horas al día al trabajo, el mismo tiempo para dormir y las otras 8 horas a su familia, amigos, pasatiempos, lectura, limpieza, jardinería, ejercicio, mascotas y cualquier otra cosa que desee o necesite hacer durante ese tiempo. La proporción puede variar, pero se mire como se mire, el trabajo domina la mayor parte de nuestro tiempo. Eso podría estar bien si amas lo que haces, pero cuando aumenta el estrés laboral, esta es una fórmula para el agotamiento, que seguramente ya conoces.


Pactos de permanencia

Pensemos en una situación en la que tienes habilidades difíciles de encontrar o replicar en el mercado. Tu empleador no quiere perderte, por lo que te recompensa con una gran compensación o beneficios, pero estás completamente aburrido del puesto y esencialmente estás siguiendo la corriente. Esto a menudo se llama “pacto de permanencia" y puede ser difícil darte por vencido, incluso si tu pasión se encuentra en otra dirección. En tiempos de incertidumbre económica, es particularmente difícil alejarte de una situación estable, confiable y predecible. Aquí no hay amor, pero tampoco odio.

Te han defraudado (y mirado por encima)

Otra forma de perder el amor por tu trabajo es cuando sientes que estás poniendo mucho esfuerzo y no eres recompensado. Lo que puede comenzar como una pasión puede agotarse rápidamente cuando siempre eres el que está siendo buscado para la promoción. Cuando los empleados sienten que no están recuperando lo que invirtieron, a menudo pueden retirarse. La tendencia de la 'renuncia silenciosa' sobre la que escribimos en otro artículo, es nada más y nada menos que un deseo de no aceptar el trabajo no remunerado. Y esa carga se vuelve mucho más pesada cuando no te recompensan por ir más allá cada semana.

Es hora de ser pragmático

En nuestra vida privada, pensamos en el amor y las emociones que guían nuestras relaciones. En el trabajo, podría valer la pena ser más pragmático. Pero primero, debes identificar qué te impulsa. ¿Cuál de estos se siente más como tú?

Orientado a la comodidad: miras las situaciones de manera práctica y, en general, consideras tu trabajo como un medio para un fin: pagar facturas, proteger el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, etc. Estás feliz de mantener el status quo durante el mayor tiempo posible.

Orientado al crecimiento: el estatus y el éxito son muy importantes para ti y examinas cada situación laboral a través de la lente de cómo te acercará al nivel profesional deseado. Te enfocas en la creación de redes, en el desarrollo de tus habilidades y siempre estás pendiente del siguiente paso.

Orientado a la vocación: el trabajo que realizas es tu máxima prioridad y estás interesado en ser excelente en tu trabajo por ti mismo. Puedes pensar en el trabajo como una vocación o pasión, en lugar de algo que haces por dinero o estatus.

Ninguno de estos enfoques es "correcto" o "incorrecto" y es posible que te encuentres en medio de dos categorías. Pero reflexionar sobre lo que quieres y necesitas del trabajo puede ser una excelente manera de tomar decisiones pragmáticas sobre tu carrera que no están definidas por el amor o la pasión por un trabajo o sector en particular.

Presentamos a las personas que han logrado un gran éxito laboral como modelos a seguir. Pero, a menudo, estar "casado" con tu trabajo, por mucho que ese trabajo haya comenzado como una pasión, puede causar rápidamente agotamiento en otras áreas de tu vida. De hecho, mantener una sana distancia de tu trabajo puede evitar la angustia y el agotamiento. Tu trabajo no tiene que definirte, a menos que tú lo desees.


Aquí hay algunas ideas para evitar una relación poco saludable con el trabajo:

  • Concéntrate en lo que haces bien y en lo que no te cuesta demasiado tiempo: aumentarás tu autoestima y podrás utilizar tu tiempo de trabajo de la manera más significativa.
  • Rutina grupal y tareas aburridas temprano en la mañana: despeja tu día para tareas más estimulantes.
  • Establece límites: aclara tus tareas y responsabilidades y aprende a decir no cuando lo necesites.
  • Encuentra algunas formas de expresarte fuera del trabajo: pasatiempos, voluntariado, deportes, etc.
  • El amor no siempre sucede a primera vista: mira tu trabajo desde otro ángulo. A veces puedes encontrar nuevos significados y oportunidades.
  • Trata de comparar tus valores personales y los valores de tu empresa: ¿Resuenan? En caso afirmativo, existe la posibilidad de que puedas redescubrir tu amor por el trabajo y encontrar un nuevo propósito.

Hay una historia sobre un tipo que limpiaba pisos en el edificio de la NASA, quien, cuando se le preguntó cuál era su trabajo, dijo: “Ayudo a enviar un ser humano al espacio”

¿Conoces algo más sobre el amor al trabajo? ¿O simplemente habías encontrado el ángulo correcto desde el que contemplar el trabajo?

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