Al parecer, está bien no contestar todas las llamadas de tu jefe, por lo menos en Portugal. Recientemente, una nueva ley en este país europeo prohíbe a los empleadores comunicarse con sus trabajadores fuera de su horario laboral, ya sea por teléfono, mensaje o por correo electrónico. Pero ¿en realidad es posible llevarlo a la práctica?
Los empleadores ahora deben respetar la privacidad de sus trabajadores y no interferir en sus periodos de descanso ni el tiempo que dediquen a su familia o actividades personales. De acuerdo con esta nueva ley, cualquier violación a esta norma constituye un delito grave y podría resultar en una multa. Portugal no es el primer país en implementar este tipo de regulación, una ley similar en torno a los correos electrónicos de carácter laboral entró en vigor para los trabajadores franceses en 2017. Estos cambios son parte de la nueva legislación que regula el trabajo desde casa. Otras medidas incluyen garantizar que los colaboradores tengan las herramientas adecuadas para hacer su trabajo de forma remota y reembolsarles los gastos adicionales incurridos en el hogar, como un aumento en los costos de energía.
Por su parte, en México a principios de este año entró en vigor una reforma que regula el teletrabajo o home office, al tiempo que lo promueve como una forma de organización laboral formal, estableciendo derechos y obligaciones tanto para los empleadores como para los trabajadores.
Pero estos cambios pueden conllevar algunos desafíos para las empresas. Para quienes trabajan con flexibilidad, ¿cómo se puede definir claramente cuál es el horario de trabajo y el tiempo de descanso? ¿Qué pasa si a un colaborador le gusta hacer su trabajo a altas horas de la noche y esto no coincide con el horario de su jefe? La respuesta puede estar en el diseño de estrategias que respalden una línea clara entre el trabajo y el tiempo de inactividad. Por ejemplo, un sistema de correo electrónico que no permita enviar mensajes después de una hora definida del día o líneas telefónicas corporativas que cambian a un servicio de mensajería entre ciertas horas.
Una cosa es segura, la forma en que pensamos y nos comprometemos con el trabajo está cambiando. El tema de la experiencia del empleado, hoy más que nunca, es el centro de atención y, en medio del fenómeno de la "gran renuncia", los trabajadores tienen aún más opciones sobre cómo y dónde trabajar. Es poco probable que estos cambios en las distintas legislaciones sean los últimos que veamos. Pero ¿pueden otros países seguir el ejemplo? ¿Y es posible identificar formas de mejorar o actualizar este enfoque del equilibrio entre el trabajo y la vida personal para satisfacer las necesidades tanto de los empleadores como de los trabajadores?
¿Estás harto de que tu jefe te busque en tus horas de descanso? ¿O sientes que no puedes dejar de revisar los correos electrónicos de tu empresa, incluso durante las noches y los fines de semana? Cuando el trabajo se vuelve agotador, es fácil llegar a un punto de quiebre. Podrías empacar y mudarte a Portugal. O puedes consultar nuestras vacantes y encontrar un trabajo que te dé espacio para respirar.
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