Vacaciones dignas en México: a casi tres años de su entrada en vigor, ¿cómo ha cambiado la cultura laboral?
El 1 de enero de 2023 marcó un antes y un después en la historia laboral de México: entró en vigor la reforma conocida como “Vacaciones Dignas”, que duplicó los días mínimos de descanso para los trabajadores.
Casi tres años después, este cambio no solo transformó la Ley Federal del Trabajo (LFT), sino también la manera en que las empresas y los empleados perciben el descanso, la productividad y el bienestar.
¿Se está cumpliendo la ley? ¿Ha cambiado realmente la cultura del trabajo en México?
Lo que cambió con la reforma
La reforma modificó los artículos 76, 78 y 81 de la LFT, incrementando el periodo vacacional mínimo de 6 a 12 días tras el primer año de servicio, con aumentos progresivos de 2 días por cada año trabajado hasta llegar a 20 días en el quinto año. Después del quinto año, el incremento será progresivo hasta alcanzar 32 días para quienes cumplan más de 30 años en la empresa. El derecho es automático para los trabajadores: no deben realizar trámites, las empresas son quienes deben ajustarse a la nueva medida.
Otros puntos clave:
- Los primeros 12 días deben disfrutarse de forma continua, salvo acuerdo con el empleador.
- La prima vacacional mínima del 25% sigue vigente.
- Las vacaciones no pueden compensarse en dinero, salvo cuando se termina la relación laboral.
Con estas disposiciones, México dejó de ser uno de los países con menos días de descanso en el mundo, acercándose a los estándares de la OCDE y la OIT.
En 2025: ¿qué ha cambiado realmente?
Un cambio cultural en marcha
Antes de la reforma, el descanso era percibido como un lujo; hoy, es una parte fundamental del bienestar laboral.
Cada vez más empresas integran la planificación de vacaciones en sus estrategias de talento y promueven activamente que los colaboradores tomen sus días completos.
Esto ha impactado directamente en:
- Menos agotamiento (burnout) y rotación.
- Mayor satisfacción y lealtad hacia la organización.
- Incremento en la productividad por hora trabajada, según datos de la OCDE.
Sin embargo, aún hay trabajadores que no disfrutan sus vacaciones completas por presión operativa, falta de planeación o culturas empresariales donde “descansar” todavía se percibe como falta de compromiso.
Desafíos para las empresas
Las organizaciones —especialmente las PYMEs y aquellas con operaciones continuas— enfrentaron retos significativos:
- Reestructurar turnos y roles para cubrir ausencias prolongadas.
- Actualizar políticas internas y sistemas de nómina para reflejar los nuevos días.
- Fomentar una mentalidad de planificación del descanso, tanto en líderes como en equipos.
Pese a estos retos, las empresas que han adoptado políticas de descanso efectivas reportan mejor clima laboral, menor ausentismo no planeado y mayor retención de talento.
Nuevas tendencias: el descanso como estrategia de negocio
A tres años de la reforma, las áreas de Recursos Humanos han comenzado a ver el descanso no como un costo, sino como una inversión en desempeño y salud mental.
Algunas tendencias que están tomando fuerza en México:
- Vacaciones flexibles: permitir dividir o adelantar días según objetivos y desempeño.
- Descanso adicional ligado a productividad: políticas internas que premian metas cumplidas con tiempo libre.
- Semana laboral reducida: modelos piloto de 4 días o 40 horas semanales, que podrían complementarse con más descanso formal.
- Bienestar integral: empresas que combinan vacaciones efectivas con programas de salud mental, mindfulness o desconexión digital.
¿Qué sigue?
El reto para este 2025 y los próximos años no será solo cumplir la ley, sino garantizar su efectividad:
- Supervisar que todos los trabajadores gocen realmente sus vacaciones.
- Fomentar líderes que respeten y promuevan el descanso.
- Medir el impacto del bienestar en la productividad.
El descanso se ha convertido en una nueva forma de liderazgo: quien sabe promoverlo, retiene talento, mejora la reputación de la empresa y crea entornos más sostenibles.
A casi tres años de su entrada en vigor, la reforma de vacaciones dignas demostró que el descanso es más que un beneficio laboral: es un derecho humano y una herramienta de productividad.
Las empresas que han sabido adaptarse no solo cumplen con la ley, sino que hoy cuentan con equipos más motivados, creativos y saludables.
La próxima etapa será consolidar una cultura del equilibrio que no dependa de la obligación legal, sino de la convicción de que trabajar bien también significa descansar bien.