Si bien cierto los países latinoamericanos son lo que han ido más lento en adoptar los “nuevos” esquemas de trabajo denominado home office, de acuerdo con un artículo de Forbes establece que cerca del 70% de las empresas de Latinoamérica no lo habían adoptado, siendo México el más avanzado con cerca del 34% del total de las compañías.
Lo que es claro es que las crisis son los acelerados de los mayores cambios en las personas, sociedades y la vida en general y para el esquema de Home Office no fue la excepción pues fue adoptado en México en cuestión de semanas sorprendido a muchas compañías que eran fieles opositaras argumentado que a ellas no les funcionaría.
Pero el COVID-19 rompió este paradigma en el que al menos puedo leer entre líneas dos aspectos muy humanos y dado que las organizaciones son compuestas por personas no es de sorprender que aparezca en ellas: 1.- el temor a que no funcione con la típica frase a veces muy adornada con bonitas palabras pero al final el mensaje es “si así estamos bien para que lo movemos” y es así con esta ideología muchas organizaciones ya no están hoy en el mundo de los negocios por no salir de la zona de confort que es altamente comoda pero también peligrosa y
Ahora bien, entrando en materia esta adopción de Home office sobra decir que ha estado generado y seguirá trasformando a la sociedad mexicana pues para poder funcionar en este nuevo esquema de trabajo ha cimbrado cambio en la forma de vida de los colaboradores y sus familias sumándose para aquellas integradas con hijos el adoptar un segundo trabajo el de maestros-padres.
Sin embargo, dentro de todos los puntos positivos o lado A que podemos destacar son:
Dentro de los contras tenemos o los lados B:
Por todo lo anterior es relevante revisar en detalle cada uno de los puntos arriba comentados para valorar y agradecer con lo bueno que nos ha llegado y sobre todos el lado B para darle la vuelta con el fin de adaptarnos de la mejor manera en esta nueva forma de trabajo que llego para quedarse, sin embargo todo se resumaría a aprender a desarrollar de mejor forma nuestra Flexibilidad cognitiva e Inteligencia Emocional para con estos recursos internos volver a re-establecer el equilibrio entre la vida laboral, la vida personal y la vida familiar que hoy confluyen en un solo ambiente; fijar límites, nuevas rutina, claridad en los espacios y horarios para no se empalmen los diferentes roles y actividades y volver a tener el balanza que las antiguas condiciones lo determinan y nos los marcaban claramente
Hoy el reto en este esquema de home office es aprendernos a regular de una mejor manera, internamente, naciendo de nosotros de nuestra convicción y compromisos, que quizá para algunos les resultara sencillo pues ya lo venían haciendo pero habrá otros que dependían del marco exterior, desde una tarjeta que pasar, un jefe esperando en la oficina, el camión que pasaba a cierta hora y de no estar en tiempo la justificación de llegar era impensable, cierto estoy que este nuevo escenario está llevando a esta nueva fuerza laboral evolucione a niveles de mayor madurez laboral y conciencia de que los resultados para nuestra empresa y nuestra vida depende de nosotros en el hacer y en el actuar
Pero cuentanos tu como te has sentido haciendo home office, queremos escucharte aqui te dejo un enlace a nuestra encuesta Home office antes y despues del covid Participa aqui