Dicen que la gente no deja el trabajo; deja a los malos jefes. El 55% de los trabajadores mexicanos considera que su jefe no es un buen líder, de acuerdo con el estudio “Tendencias del Entorno Laboral en México” (TELM 2018) de Kelly Services.
Desafortunadamente, dado que la mayoría de los empleados no se atreverán a criticar a su jefe, es posible que no sepas que tú eres la razón por la que un empleado se va, hasta que es demasiado tarde, o incluso nunca te enteras. Sin embargo, si los miembros de tu equipo piensan que no estás haciendo un buen trabajo, es solo cuestión de tiempo antes de que tu propio superior o jefe lo escuche... y entonces llegará esa conversación que no quisieras tener.
Cómo saber si eres un mal jefe
Puedes evitar esa conversación evaluando cómo interactúan tus empleados contigo. Cuando convocas una reunión, ¿tu gente participa en la discusión o todos se muestran renuentes a hablar? ¿Los miembros de tu equipo se comunican contigo para obtener retroalimentación? ¿Alguien alguna vez han expresado una opinión que se opone a la tuya, o tienen miedo de hacerlo? Permanece atento a las señales si los miembros de tu equipo se sienten intimidados a tu alrededor. Por otro lado, los miembros de tu equipo también podrían sentirse cómodos a tu alrededor, tan cómodos, que simplemente siguen su propio camino sin prestar atención a lo antes mencionado.
Cómo evitar el síndrome del mal jefe
Una vez que hayas averiguado por qué eres un mal jefe, es hora de trabajar en tus habilidades directivas y mejorar tu desempeño. Todo comienza por comprender cuál es tu rol: no eres un jefe quisquilloso que busca fallas en todo, y tampoco eres el que tiene la razón en todo. Lo que tú eres es un líder que toma decisiones basadas en los aportes de la alta dirección y su equipo, apoya a su gente, los escucha y se preocupa por su desarrollo y crecimiento profesional.
De acuerdo con el estudio, el 37% de los trabajadores dijeron que tener un buen líder les motiva a desempeñarse mejor en su actual empleo.
Para convertirte verdaderamente en esa persona, como señala Raphael Crawford-Marks en su artículo de Emprendedor "6 Alternativas para ser un mal jefe", debes fomentar la autonomía. Esto le mostrará a tu gente que confías en ellos y les da más espacio para encontrar soluciones creativas. También debes pedirle a tus empleados retroalimentación. Podría ser mejor organizarlo de manera anónima para que lo hagan, ya que la mayoría de los empleados no se sentirán cómodos al proporcionar una crítica constructiva. Finalmente, debes liderar con el ejemplo. Por ejemplo, si quieres que tu equipo de seguimiento a los compromisos o acuerdos, también debes asegurarte de cumplir tus promesas, por otro lado, si exiges a tu equipo cumplir con horarios, tú debes ser puntual al llegar al trabajo.
Recuerda:
“Los líderes deben predicar con el ejemplo para conseguir equipos más
afiatados y comprometidos con los objetivos de la empresa”.
Descubrir que eres un mal jefe puede ser un shock. Sin embargo, con un poco de perseverancia y trabajo duro, puedes mejorar tus habilidades directivas y convertirte en un jefe respetado con quien todos quieren trabajar.
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