Existe un problema de confianza por el que muchas empresas deciden volver al trabajo presencial. Con el fin de retener a sus colaboradores permitiéndoles trabajar desde casa, algunas organizaciones han aumentado la vigilancia para asegurarse de que se haga el trabajo. Pero ¿cuáles son las implicaciones de esto para tu equipo y tu empresa?
¿Es buena idea vigilar a tus colaboradores?
Más de un tercio de esos líderes usan monitoreo de transmisión de video en vivo, y tres cuartos han despedido a personas debido a lo que encontraron durante su monitoreo. Sorprendentemente, el 70% dijo que los trabajadores renunciaron en lugar de aceptar ser monitoreados, lo que parece un número muy alto.
Entonces, ¿realmente vale la pena correr el riesgo? Bueno, casi todos los líderes encuestados dijeron que creían que el uso de este software ha aumentado la productividad. Y el 10% también lo ve como un medio para alentar a las personas a regresar a la oficina, donde, presumiblemente, no tienen que ser monitoreadas de la misma manera. Pero ¿realmente ha aumentado la productividad en términos de producción? ¿O estos líderes están usando la "presencia visible" como medida de productividad?
¿Tus colaboradores te ocultan cosas?
Como era de esperarse, hay muchos trabajadores que también están empleando técnicas turbias con las que quizás no se salgan con la suya en la oficina. La plataforma Lookout descubrió que alrededor de un tercio de las personas que trabajan de forma remota, parcialmente o por tiempo completo, usan aplicaciones y software que su equipo de TI no ha aprobado. Más del 90% también realiza trabajos en sus dispositivos personales.
Algunas otras estadísticas que harán que los empleadores observen sus políticas de TI con preocupación incluyen:
Si bien las técnicas invasivas de monitoreo son preocupantes, parece que una gran parte de los trabajadores tampoco está cumpliendo con su parte del trato de "trabajo desde casa".
¿Qué camino debes seguir?
Los problemas parecen estar relacionados con el trabajo remoto. Pero en el fondo, se trata de problemas de confianza y comunicación y, afortunadamente, hay soluciones.
Para los empleadores, el problema de la confianza es comprensible. Le pagas a alguien miles cada año y quieres saber que estás recuperando la misma cantidad de valor. Si te encuentras en una situación en la que no puedes soportar la idea de dejar que tu equipo realice su jornada laboral sin control, hazte algunas de las siguientes preguntas:
Las respuestas pueden descubrir algunas cosas que necesitas explorar, como una mejor manera de evaluar si puedes confiar en alguien antes de contratarlo o durante la incorporación. Al reforzar tus procesos relacionados con el establecimiento y el logro de objetivos, crea un espacio en el que puedas decir: "Esto es lo que necesito que logremos", y si todos lo logran, tu trabajo está hecho... sin necesidad de vigilar a la gente cuando trabaja.
Y cuando se trata de trabajadores que crean riesgos de seguridad, es mucho más probable que esto se deba a la ingenuidad o ignorancia, y posiblemente pereza, en lugar de un abandono imprudente. La solución aquí es identificar cada comportamiento de riesgo que deseas eliminar y luego determinar si es posible prevenirlo físicamente utilizando tus propios sistemas. Por ejemplo, evitando que las personas descarguen aplicaciones no autorizadas en los dispositivos de la empresa.
Luego, crea una lista de todos los escenarios que simplemente no puedes evitar que sucedan. Estos pueden ser el tema de tu próxima campaña de comunicación interna. Encuentra una forma creativa de explicar el riesgo que crean los trabajadores al hacer cada uno de ellos. Para muchas personas, el riesgo de compartir contraseñas para muchas plataformas realmente no es tan claro hasta que lo deletreas: si usan la misma contraseña para diez plataformas, solo una de ellas debe sufrir una violación de datos para que se pueda acceder a las otras nueve. Ve un paso más allá y explica qué sucedería si cada uno de tus sistemas es violado.
Al hacerlo, estás demostrando que confías en que tu equipo sea parte del esfuerzo para proteger tu negocio de las amenazas externas, además de ayudarlos a comprender el impacto potencial de sus acciones.
La confianza es una calle de doble sentido, y una vez que se rompe, puede tomar mucho tiempo repararla. Al adoptar alternativas para controlar, monitorear y asumir lo peor, comienzas a reconstruir esa relación dañada. Y, con el tiempo, tus trabajadores de confianza te recompensarán haciéndose aún más dignos de confianza. Y, además, la vigilancia constante es un trabajo de tiempo completo. ¿Por qué no concentrar esa energía en lo que tu empresa hace mejor?
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