Probablemente ya lo hayas escuchado más de una vez en tu vida, “dormir es la mejor medicina”. Seguro que tu madre te lo dijo. Tu médico de cabecera te lo dijo. Y ahora, te lo decimos nosotros.
Dormir bien no solo es necesario para tu bienestar físico y emocional, sino que puede tener un gran impacto en tu desempeño en el trabajo. La pérdida de sueño puede tener un impacto significativo en las habilidades laborales que son clave, como la función cognitiva, la atención y la toma de decisiones, eso sin mencionar el vínculo entre la falta de sueño y una variedad de afecciones de salud crónicas, que incluyen el Alzheimer, la ansiedad, la hipertensión y la diabetes tipo 2.
Pero mejorar la calidad del sueño puede ser más fácil decirlo que hacerlo. El estrés laboral, el estrés familiar, hacer malabarismos con el cuidado de los niños y ver una transmisión constante de malas noticias por todo el mundo pueden dejarte mirando al techo en lugar de que logres dormir lo mucho que lo necesitas.
En este artículo, analizamos algunos consejos rápidos y sencillos para mejorar tu forma de dormir y comenzar incluso antes de que te metas bajo las sábanas...
Antes de ir a la cama
Si eres alguien que apaga la pantalla o el televisor justo antes de cerrar los ojos, podrías estar (sin querer) manteniendo tu cerebro en modo despierto. La luz azul de los dispositivos puede impedir que te duermas, así que trata de apagar todos los dispositivos digitales y las pantallas al menos una hora (e idealmente dos) antes de acostarte. También debes tratar de practicar una buena higiene del sueño creando un ambiente tranquilo, oscuro, relajante y fresco en tu recámara; levanta el desorden, asegúrate de tener cortinas o persianas de buena calidad que bloqueen la luz y abre una ventana por la noche. El aire fresco y el ejercicio son excelentes maneras de mejorar tus posibilidades de conciliar el sueño y permanecer así, por lo que caminar o hacer ejercicio antes de irte a la cama pueden ser útiles para relajarte. También debes considerar otras actividades relajantes como leer, estirarte o darte un baño tibio antes de apagar las luces.
Durante la noche
¿De repente te despiertas a las 2:00 AM y no puedes volver a dormir? Trabajo. Relaciones. Noticias. Por mucho que trates de relajarte, no puedes lograr que tu cerebro esté en silencio. Esto nos sucede a todos de vez en cuando, pero cuando es casi todas las noches, es agotador. Practica técnicas de respiración relajantes: simplemente concéntrate en inhalar tranquilamente y exhalar lentamente para encontrar algo de paz o, si realmente no puedes relajarte, saca un libro e intente leer durante diez minutos para reiniciar tu cerebro.
Al día siguiente
¿Trabajas desde casa? Considera tomar una siesta corta (menos de 30 minutos) durante el día para recargar tus niveles de energía. Si trabajas de forma presencial, busca un lugar tranquilo para simplemente relajarte y recargar energías durante unos minutos. Una caminata puede ser igualmente relajante y una forma de encontrar algo de "tiempo para ti" en medio de un día ajetreado. Reducir los niveles de ansiedad y practicar actividades que te ayuden a encontrar un momento de calma, ya sea una clase de yoga o una caminata por la calle, te pueden ayudar a conciliar el sueño por la noche.
Tu salud física y mental es una parte crucial para ayudarte a rendir al máximo, en el hogar y en el trabajo. Cuando estás exhausto y estresado todo el tiempo, ¿cómo puedes avanzar en tu carrera o alcanzar tus metas? Toma decisiones saludables, crea rutinas de apoyo y tómate un tiempo para tu cuidado personal. Y recuerda buscar atención médica profesional si tienes dificultades para dormir lo suficiente.
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