Retomar el trabajo en oficina nunca será lo mismo después de un tiempo de crisis que hacerlo en circunstancias más amables, como el término de un periodo vacacional.
Sin embargo, una vuelta segura y en las mejores condiciones para la salud emocional es posible a través de los esquemas de trabajo híbridos que, sin dejar de lado las medidas de prevención necesarias por el COVID-19, también garantizan los procesos de socialización y networking que las empresas requieren.
El regreso al trabajo en oficina debería significar más que apagar las computadoras en casa para encenderlas en un espacio laboral. Sin embargo, volver en los casos en que la presencia no es indispensable, implica analizar la manera de que este desplazamiento agregará valor.
Partiendo, por ejemplo, de que el contacto favorece la integración del equipo humano y la generación de soluciones creativas, la manera de emplear los espacios de oficina podría replantearse en función de objetivos como estos, y ya no desde la búsqueda de mantener jornadas de ocho horas en un mismo espacio.
Desde el punto de vista de la sustentabilidad, las cuarentenas mostraron que era posible conservar o incrementar los niveles de productividad sin la necesidad del desplazamiento de las personas hacia sus centros de trabajo, con los costes ambientales que esto representa.
Es entonces que los modelos híbridos para el trabajo en oficina se proponen como la oportunidad de plantear un nuevo protocolo de oficina en el que, por una parte, se recupere la motivación del trato con colaboradores y por otra, se pongan en práctica los aprendizajes que nos dejó el teletrabajo y se conserven sus ventajas.
Para las generaciones millennial y centennial, que actualmente conforman buena parte de la fuerza laboral, el trabajo es una actividad y no un lugar al que se va. De ahí que se estima que el 70% de los trabajadores busquen opciones de trabajo remoto y el 66% de los tomadores de decisiones estén considerando rediseñar sus espacios para volver al trabajo después de la cuarentena implementando esquemas híbridos.
Este esquema permite a equipos que han nacido 100% en la virtualidad lograr la cohesión entre sus integrantes a partir del contacto humano. En este sentido, es importante destacar que, para la generación Z, que apenas comienza a desenvolverse en el entorno corporativo, la apertura de estos espacios (aunque se trate de una reunión presencial al mes) es crucial para el desarrollo de habilidades interpersonales, de coworking y networking.
Antes de la pandemia, los edificios de oficinas con espacios abiertos eran ya una tendencia en alza en el mundo corporativo. Ahora, este modelo de convivencia continúa vigente en el protocolo de oficina debido a ventajas como la posibilidad de mantener el distanciamiento social, pero también de fomentar la colaboración, creatividad y comunicación sin interferencias.
Con el surgimiento de las oficinas en la nube y las videoconferencias, una de las principales preocupaciones de las compañías ha sido ofrecer a sus colaboradores capacitación rápida y eficaz para adaptarse a la nueva realidad laboral, lo que también ha propiciado una mayor oferta de oportunidades de formación continua a distancia.
Con el trabajo híbrido el protocolo de limpieza y desinfección en oficinas ha debido adaptarse a ciertas medidas como una mayor ventilación de los espacios, espacios de trabajo más abiertos y colocados de manera que se respete la distancia social, rutinas de limpieza y desinfección periódicas y una mayor atención a la disponibilidad de jabón, gel desinfectante y otros productos de higiene.
Volver al trabajo en oficina mediante un esquema híbrido, requiere de esfuerzo y compromiso tanto de las empresas como de los colaboradores, pero al hacerlo de forma apropiada los beneficios pueden ser muchos.
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