Te levantas cada mañana y vas a trabajar. De vez en cuando, te llama la atención la publicación de una vacante de trabajo interesante, o notas a alguien de tu misma profesión, cuyo trabajo no te importaría tener. ¿No te gustaría lograr más el próximo año?
Lo estás haciendo bien, pero básicamente estás siguiendo el camino de menor complejidad en tu empresa. Tal vez fuiste influenciado por el fenómeno de “la gran renuncia” o simplemente estás listo para enfocarte en algunos objetivos profesionales a largo plazo.
La buena noticia es que el comienzo de un nuevo año es el momento perfecto para reinventar tu enfoque profesional. No importa en dónde te encuentres en tu carrera, siempre debes saber cuál es tu objetivo profesional y cómo llegarás allí. De lo contrario, tu carrera no tendría un rumbo trazado y estarías reaccionando a cada situación en lugar de crear oportunidades de manera proactiva. Afortunadamente, existe una herramienta sencilla que puede ayudarte a determinar cómo lograr el trabajo de tus sueños: tu propio plan de carrera.
Al igual que cualquier mapa, tu plan de carrera traza una ruta para llevarte del punto A al punto B. Esa ruta está determinada por tus ambiciones y habilidades. Por ejemplo, si deseas ascender rápidamente a la cima de tu profesión, tu mapa de carrera debería mostrarte la forma más rápida de hacerlo. Por otro lado, si prefieres tener una variedad de experiencias enriquecedoras en el camino, tu mapa de carrera debería reflejar esto.
¿Cómo crear tu plan de carrera?
El primer paso, el más importante, es definir tu objetivo profesional principal. ¿Quieres pasar a la operación? ¿Preferirías convertirte en un experto reconocido en tu campo profesional? ¿O estás buscando mudarte a un campo completamente diferente?
Una vez que hayas definido tu objetivo profesional, evalúa si tus fortalezas respaldan tu objetivo. Como señala Jane Porter en su artículo de Fast Company “How to Make a Career Map That Actually Works,” aprovechar tus fortalezas te ayudará a sobresalir más rápido. Si tus fortalezas no son relevantes para tu objetivo, rediseña tu plan y busca un objetivo que te permita usar tus fortalezas. Por ejemplo, si eres un diseñador gráfico junior en una agencia de publicidad, pero tu verdadero talento radica en la comunicación y la estrategia, serías un excelente gerente de cuentas.
A continuación, define lo que necesitas llevar a cabo en el camino hacia tu objetivo final. ¿Qué puestos necesitarás cubrir? ¿Qué habilidades y/o competencias son necesarias? ¿Es un ascenso vertical sencillo que sigue al organigrama, o te beneficiarás de hacer movimientos en diferentes niveles para obtener una experiencia más amplia? Analiza y responde cada pregunta a fondo y toma notas para descubrir la ruta óptima.
Decide si alguno de tus objetivos personales podría tener un impacto negativo o positivo en tu trayectoria profesional. ¿Quieres formar una familia? ¿Quieres trabajar en el extranjero? No pases por alto las metas personales y cómo se relacionan con tus objetivos profesionales.
Este es el momento de unir los puntos
Identifica en dónde te encuentras hoy, así como tu objetivo profesional. Dibuja una flecha entre los dos. Luego, escribe cada uno de los pasos que deberás seguir en el trayecto.
Utilizando el ejemplo anterior, supongamos que has decidido seguir la ruta de la gerencia de cuentas y, finalmente, obtener un puesto directivo de alto rango en una de las principales agencias internacionales. Estás interesado en trabajar en el extranjero y también quieres formar una familia dentro de cinco años.
Un plan de carrera lógico sería, en primer lugar, hablar con tu empleador actual, ya que conoce tus puntos fuertes, sobre la transición a la gerencia de cuentas. A partir de ahí, la gestión exitosa de una serie de proyectos de alto perfil te impulsará eventualmente a la gerencia de cuentas senior. Este sería un buen momento para mudarte a una gran agencia internacional y/o trabajar en el extranjero por un tiempo. Sin embargo, también puedes permanecer con tu primer empleador y ascender aún más en los rangos hasta la alta gerencia y de ahí a un puesto directivo de alto rango, desde donde podrías dar el paso a una agencia internacional si aún lo deseas.
Piensa en tu plan de carrera como tu GPS profesional. Sabes en dónde estás, a dónde quieres estar y cómo puedes llegar allí. Y como un GPS, eres flexible y tienes la opción de cambiar la ruta cuando sea necesario, porque pueden suceder cosas buenas y malas que afecten tu viaje. En el ejemplo anterior, convertirte en padre o madre podría influir en la rapidez con la que avanzas o si pasas tiempo en el extranjero. Sin embargo, si tu objetivo profesional sigue siendo el mismo, siempre debes volver a revisar tu plan de carrera para trazar un rumbo bien definido.
Han sido un par de años difíciles para todos y, comprensiblemente, muchos de nosotros hemos puesto los objetivos profesionales en pausa, o al menos en un segundo plano. A medida que nos adentramos en un nuevo año, ¿por qué no reavivar tus aspiraciones trazando un plan de carrera?
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